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Para
 los guerreros del linaje del nahual Elías, el ensueño es una 
maravillosa manera de actuar en muy diversos mundos. Ellos saben de la 
importancia del mismo, pues les permite desarrollarse de maneras 
extraordinariamente maravillosas, a la vez que amorosas. Sin embargo, 
saben perfectamente que no todos tienen la facilidad para hacerlo, de 
ahí que procuren ayudar a que los guerreros no-ensoñadores de sus grupos
 se aproximen en cuanto les es posible al punto de su propio desarrollo 
en el que, finalmente, consiguen ensoñar. Dicho con otras palabras: los 
grupos son verdaderamente poderosos a partir de los logros de ensueño de
 los guerreros que los integran, pues es desde el ensueño que 
verdaderamente despiertan las posibilidades co-creativas, perceptivas y 
actuantes del alma humana. Te platico que en mi libro narro la manera en
 la que una de las mujeres del grupo del nahual don Jorge Elías ayudó al
 heredero de don Jorge para que se aproximara al punto del ensueño, 
labor de guerrera que requirió varios años.
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El 
ensueño propicia, efectivamente, todo eso que enlistas. El algo más es 
tan indescriptible cuando se consigue al nivel de maestría que quizá 
valdría la pena referirlo comentándote que los guerreros del linaje de 
don Jorge suelen actuar a distancia en estado de vigilia, materializarse
 en estado de vigilia, desdoblarse ubicuamente en estado de vigilia, y 
que de hecho, no necesitan ni encontrarse con las personas para saber 
todo de ellas (Precísamente, fue así, ensoñando, como lograron llegar al
 propio nahual Elías, cuando el abuelo de Nerea se los pidió hace más de
 cuarenta años. La historia detallada se narra en mi libro, pero basta 
con apuntar que se trataba de localizar al hombre que había procreado a 
Nerea. Su identidad, ni el mismo nahual Elías la conocía, pues ignoraba 
que había procreado una hija durante un acto de violencia sexual causado
 por el exceso de alcohol). 
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Innumerables son 
las ocasiones en las que don Jorge intervino a distancia por medio del 
ensueño cuando Nerea y yo empezábamos nuestros encuentros por la vida, 
como innumerables las maneras en las que sus guerreros nos han 
manifestado objetos de la nada, mientras ellos se encontraban tan lejos 
como en Australia o en la India.
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Lo de las 
compuertas lo traté en alguna ocasión con algunos de los guerreros del 
grupo del nahual Kowalski, y, la verdad sea dicha, les divirtieron 
muchos los conceptos intelectualizados que Castaneda expone en algunos 
de sus libros. Para ellos no es que existan determinadas puertas, sino 
etapas en un desarrollo que trata de llegar al máximo de las 
potencialidades del guerrero en desarrollo. En su hacer, si es necesario
 que un guerrero con facultades para el ensueño se realice plenamente a 
modo de fortalecer al grupo, entre todos lo proyectan más allá de 
cualquier "compuerta" o límite reconocido. Los resultados son 
verdaderamente increíbles. Lo sé, porque los he presenciado.
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El
 caso mismo de Nerea es paradigmático y fuera de serie, a la vez, pues a
 ella nunca se le dio explicación alguna sobre "compuertas" o "etapas" 
en el camino, y, sin embargo, nunca las ha necesitado para llegar más 
allá del tope máximo alcanzado por cualquiera de ellos. Su facilidad 
natural para ensoñar es tan impresionante y poderosa, que todos los que 
la hemos visto ensoñar reconocemos en ella a la ensoñadora más grande de
 todos los tiempos. 
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Baste decir, pues, que partiendo del ensueño, toda realidad material es posible.
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Desafortunadamente,
 la primera edición de mi libro "Nerea" está practicamente agotada. 
Espero que cuando la editorial haya dictaminado la segunda parte (en eso
 están por estos días), y si deciden publicarla, podamos tratar lo 
relativo a una reedición de la primera, pues ultimamente ha estado 
aumentando la demanda. Si así fuera, seguramente que podría ver que 
llevaran algunos ejemplares a la Feria del libro en La Habana.
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Con afecto y respeto:
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Enrique Rojas.
 
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