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Si
con eso de abrir un ojo te refieres a que en tu meditación te apareció
un ojo y que tú lo abriste me parece que es muy buena señal. Nada más te
cuento que una vez tuve que ir al desierto de Wirikuta (sagrado para
mis queridísimos huicholes y para mí mismo), precisamente con la
encomienda de abrir el ojo. Lo conseguí, y, a partir de ese momento,
constantemente veo ojos al despertar por las mañanas, o flotando en el
aire en cualquier momento y a lo largo del día. La señal es clara, e
indica que le has permitido al Espíritu y a tu Ser Superior que te
empiecen a observar de manera directa. Otra posibilidad es que otro ser
de poder te esté observando, para ver tus reacciones.
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Lo
de la taquicardia es normal, hasta cierto punto, cuando le empiezas a
abrir camino a tu Ser Superior, o ya directamente al Espíritu. A Nerea y
a mí nos ha llegado a pasar cuando hemos tenido la oportunidad de
abrirle las puertas al Espíritu, pues desciende una energía muy elevada,
pero dura poco y va seguida de una paz inconmensurable. Y ahora que lo
recuerdo, a principios de esta semana descendió sobre mí una energía
altísima, mientras redactaba una de las respuestas que le di a cierta
pregunta, y que no sólo me provocó taquicardia, sino mareos, pero como
eso también me pasa mientras le leo a Nerea las respuestas que les doy
cada día, ya ni me sorprende.
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Qué te puedo decir
del miedo... ¡pues que castra como pocas cosas en la vida terrena!
Baste decir que simplemente no hay manera posible de entrar al camino
del conocimiento si antes no se logra vencer al miedo.
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Enrique Rojas.
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