Querido Sergio:
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Lo
de la utilidad de registrar el movimiento del punto de fijación tiene
más que ver con la manera en la que quienes tienen la posibilidad de
verlo encuentran una explicación de los cambios de conciencia que con
recordar hacia dónde se movió para reintentarlo. Es decir, los guerreros
auténticos del linaje de don Jorge no intentan recordar una posicíón
específica (algo así como decirnos: "debo ubicarlo a x grados hacia la
izquierda o hacia la derecha, hacia el frente o hacia atrás, si quiero
percibir tal o cual mundo o recordar tal o cual experiencia"), cuanto sí
intentan vivir y/o revivir un sentimiento.
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Efectivamente:
el sentimiento es el que verdaderamente hace la diferencia cuando se
trata de ubicarnos en mundos ya visitados o no, o de recordar tales o
cuales experiencias, o de desplazarnos por el tiempo y el espacio, o de
cambiar nuestra forma física.
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No se trata,
pues, de recurrir a una técnica construida por la mente o relativa a la
mera percepción, pero sí de aplicar una facultad de nuestra alma que le
es intrínseca e inherente.
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Así, pues, aciertas
cuando dices que no crees que los guerreros "muevan el punto de encaje
como si utilizaran puntos cardinales", porque efectivamente los
guerreros del linaje de don Jorge no intentan moverlo de esa manera. En
todo caso, como también dices, uno de los resultados que se obtienen es
el ensueño. Otro podría ser el encarnar de cuerpo completo ciertos tipos
de acecho.
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Quedamos así que no se trata tanto
de instinto o de intentar de manera natural, ni de pensar el movimiento,
sino de valorar y aplicar el sentimiento.
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Todavía
no se ha llegado el momento de hablar de eso, pero sí les puedo
adelantar que lo que verdaderamente nos libera es el sentimiento. O si
quieren, lo pongo de otra manera: la única manera en la que podemos
llegarle al Espíritu (así, con mayúsculas) es por medio del sentimiento.
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Por
otra parte, cuando un par de chamanes o dos o más guerreros entran
juntos a un mundo están dando muestra de que verdaderamente son chamanes
o guerreros, ya que sólo para ellos es posible compartir de manera
íntegra otros mundos habitables.
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Además, y por
otra parte, cada vez que recapitulas le estás permitiendo a una parte de
tu ser que profundice en situaciones semejantes a las que vas dejando
atrás, a modo de que puedas ahondar en las experiencias acumuladas no
sólo en esta vida, sino a lo largo de otras vidas.
Veamos si
esta serie de respuestas le sirven a Orestes para identificar otras
diferencias de las que ya encontró con lo que describió el nahual de
tres puntas (no se te olviden, querido Orestes, las diferencias en lo
referente al sexo ni en lo que toca al uso de nuestros nombres de
familia o a estar en algún medio de difusión masiva practicamente
cualquier día de la semana).
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Que a todos nos sirva:
Enrique Rojas.
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